Piedras y moros para que en tu negocio no haya lloros.

Habrás oído muchas veces que el storytelling es súper importante para tu negocio.

Que hace más interesante a tu negocio.

Que eleva tu relato de marca.

Y que te ayuda a vender más.

Totalmente de acuerdo.

De hecho yo te lo habré dicho más de una vez.

Porque hay veces que parece que no te enteras a la primera.

Pero te quiero y te acepto como eres.

¿Y cuál es una de las mejores formas de aprender storytelling?

Pues los cuentos.

Y las leyendas.

Eso sí que son masterclasses de storytelling y no lo que te cuentan la mayoría de marketeros por internet.

Y a mí desde siempre me han flipado.

Desde que mi abuela me contaba ‘Caperucita Roja’ antes de irme a dormir cuando me cuidaba de pequeño.

(Creo que sólo se sabía ese porque me contaba siempre el mismo. Al menos que yo recuerde).

Tengo libros de los Hermanos Grimm, Perrault, Dickens. Andersen, Conan Doyle o Charlotte Riddel.

Pero también tengo un par de libros de cuentos y leyendas del Pirineo.

Del Pirineo, sí.

Las montañas que separan España y Francia.

Y me alucinan.

Quizá porque me recuerda a mi infancia por allí…

En un pueblo de la Alta Ribagorza convivían moros y cristianos.

Vilanova es su nombre.

Los moros, para que los cristianos estuvieran contentos con su presencia allí, les construyeron la iglesia de San Pedro.

Pero los montañeses no estaban contentos.

– Dicen que los cristianos han expulsado a los moros de Huesca. Ya era hora.

– ¿Y por qué los aguantamos aquí nosotros? Ya somos casi tan fuertes como ellos.

– Bah… Si tampoco hacen ningún mal…

– ¡Vaya que no! ¡A mí me envenenaron el tocino el año pasado! Que son animales impuros y Alá no permite comerlos. ¡Que no coma jamón! ¡Qué barbaridad!

Los moros negaban todo eso.

Decían que sólo se dedicaban a cultivar sus huertos y nada más.

La tensión iba en aumento.

Hasta que apareció misteriosamente muerta una niña y todo explotó.

Los cristianos fueron al barrio moro a echarlos. Les dijeron que se tenían que ir.

Los moros amenazaron con destruir la iglesia que les habían construido si se atrevían a intentarlo. Que harían rodar el Cantal de Arnaldico por encima.

Y es que ese «Cantal» era una roca enorme que está justo encima del pueblo. Suelta. Como haciendo equilibrios. Y si cae iría directa a la iglesia y la destrozaría.

Los del pueblo retaron a los moros:

– Si conseguís tirar el cantal antes de que cante el gallo, os dejaremos en paz.

Estaban muy seguros de que Dios no iba a permitir que unos moros destrozasen una de sus iglesias.

Pero por si acaso, tomaron medidas:

Incrustaron calzos de piedra para hacer a la roca más estable.

Talaron todos los árboles de alrededor para que los moros no pudieran usarlos de palanca.

Encharcaron el suelo alrededor de la piedra para embarrarlo todo y que estuviera resbaladizo.

Y la embadurnaron con jabón para que la roca estuviera aún más escurridiza.

Al atardecer subieron los moros, muy confiados.

Pero su confianza fue inútil.

Sus pies se resbalaban en el barro y no podían hacer fuerza.

Tuvieron que dedicar bastante tiempo en echar arena y tierra seca para que el suelo no estuviera tan resbaladizo.

Tardaron gran parte de la noche en quitar todas las falcas de piedra que los cristianos habían incrustado debajo de la roca.

Y cuando habían terminado con esto y se disponían a empujar, sus manos y hombros resbalaban con el jabón que había sobre la roca.

Y por más agua que le echaban no conseguían más que empeorarlo de toda la espuma que formaban.

Así que pasaron la noche haciendo esfuerzos inútiles hasta que cantó el gallo.

No habían conseguido mover la roca ni un milímetro.

Habían perdido la apuesta.

Y así fue como los cristianos echaron a los moros de Vilanova.

Tremenda lección, ¿no?

Y es que por muy a favor que parezca que tengas las cosas…

Siempre es mejor prepararse para no dejar nada en manos de Dios.

Si lo aplicas a tu negocio…

Siempre es mejor formarse más, tener más estrategias preparadas por si alguna no funciona, tener más recursos de los que echar mano por si algo va mal.

Es mejor prepararse.

Porque mejor le irá a tu negocio y por supuesto mejor te irá a ti.

Así que prepárate para ganar mucho dinero.

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