Follar te hace vender más.

Me gusta follar.

Eso lo sabe todo el mundo.

Y me gustan mucho las negras.

Me ponen mucho.

Por lo que me encanta follar con negras.

Pues un día quedé con una negra.

Quedamos primero a tomar algo.

Y durante la cita todo iba muy bien.

MUY

BIEN.

Tan bien que nos empezamos a liar y a meter mano en el bar.

Cada vez estábamos más y más cachondos.

Ella cada vez más mojada.

Yo cada vez con la colita más dura.

Así que como no nos podíamos aguantar las ganas de follar, nos fuimos a mi coche que era lo que nos pillaba más a mano.

Ya dentro del coche nos desnudamos, nos tocamos más, chupamos zonas deliciosas el uno del otro…

Y ya había que meterla.

Una de las mejores sensaciones cuando llevas ya bastante rato con el pito tan duro que parece que te va a reventar.

La metes en ese agujero apretadito, calentito y muuuuy mojado…

¡Buaaaaaaah que se me hace la boca agua!

Así que yo me senté en medio del asiento trasero del coche.

Y ella se me puso encima y se la metió hasta el fondo.

Y empezó a moverse.

Hacia delante y hacia atrás.

Arriba y abajo.

Si has follado alguna vez en un coche, sabrás que es bastante incómodo.

Estás limitado de espacio.

No te puedes mover bien.

Y ella cuando estaba encima de mí pues a veces se daba en el techo del coche al moverse arriba y abajo.

Pero todas esas incomodidades valen la pena porque el placer es mucho mayor.

Una vez que ya habíamos acabado los dos, ella se quita de encima de mí y se sienta a mi lado.

Yo, bien relajadito y feliz de la vida, echo la cabeza hacia atrás en el reposacabezas para disfrutar de ese momento postcoital.

Y veo una mancha marrón en el techo.

Justo donde la chica se daba a veces en la cabeza cuando se movía arriba y abajo cuando estaba encima de mí.

Y caigo en la cuenta:

La chica es negra.

Tiene la piel más oscura.

Por lo que el maquillaje que necesita obviamente tiene que se más oscuro.

¡BUUUUUM!

Me explotó la cabeza en ese momento porque nunca había caído en eso.

En parte porque no suelo usar maquillaje y en parte porque estoy más acostumbrado a estar con chicas más blancas que mi semen.

¿Y qué puedes aprender tú de todo esto?

Pues que para vender tienes que conocer a tu cliente.

Y para eso es necesario que pienses en él.

Tienes que saber sus características.

No las tuyas, no.

Las suyas.

Sus problemas.

Y darle la mejor solución.

Y para conocer mejor a tu cliente y vender más y mejor

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